El Blog de Psicología Alternativa

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martes, 2 de enero de 2018

AQUELLOS QUE YA NO ESTÁN CON NOSOTROS

Con el cambio de año estamos con los propósitos para este año y recordando a las personas que ya no están con nosotros.
En este camino que es la vida, hay personas que nos acompañan un tiempo, papá, mamá, una pareja, unos amigos, compañeros, los ex, todos temporales. Un día llegan a nuestra vida y otro marchan o nos alejamos nosotros, cambiamos de ciudad, de país.
En esa noche oscura del alma que es el duelo, nos quedamos echándoles de menos, y con miedo a no volver a tener lo que nos daban, a olvidar lo bueno que compartimos, ya ni pensamos en lo que no nos gustaba. Y nos pegamos a un pasado que ya se fue, que nos mete en depresión o nos lleva a tener ansiedad, caemos en el neuroticismo de esta sociedad, haciendo una cosa y pensando en otra, perdiendo salud.

Si vivir en el presente es la forma natural y sana de vivir, ¿cómo puedo vivir en el presente sin salir perdiendo y sin olvidar a los que se han ido?

Los grandes maestros de la humanidad dicen que, en el presente, cuando lo vivimos plenamente, se juntan el pasado y el futuro.
Así que, si es así, tengo claro que el futuro lo voy construyendo con los pasos que voy dando en el presente en dirección a mis objetivos, pero ¿y el pasado?

¿Que hacemos con esa sensación de que nos han quitado, que se han llevado con ellos lo que nos daban, lo que trajeron a nuestra vida y que no había.
Son cualidades que generalmente no tenemos, no sentimos, y que nos complementan.
Quizás responsabilidad, o pasotismo, la dulzura y la seriedad, apoyo o integridad, saber poner límites o espontaneidad, disfrutar de lo que hay, ...generalmente son cosas que echamos de menos porque no las tenemos o no las reconocemos en nosotros.
Pero ¿y si esas personas han estado en nuestra vida para mostrarnos cómo “ser” también de otra manera? ¿Por qué no tomar de aquellas personas que se han ido lo que nos han enseñado y nos permitimos aprender y tomar como un legado lo que nos han dejado: el saber relajarnos o hacer tonterías (¡indispensable para la salud emocional!), el gusto por ordenar o leer un libro?

De esta manera, tomando y aprendiendo a ser también así, practicándolo, vivimos en el presente de una forma más integra que antes, sin la dependencia emocional que teníamos.

Y recordamos cada vez que lo practicamos a la persona que nos lo enseñó .

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