Mas
allá del bien y del mal hay todo un mundo por descubrir.
¿Quién
está bien o mal al 100%? Todavía no conozco a nadie.
¿A
qué llamamos bueno o malo? A lo que nos gusta o no nos gusta, a lo
que hemos aprendido a rechazar o aceptar, a...hacer lo que los demás
nos dicen y ser obedientes,...¿es bueno siempre? Los soldados de
Hitler lo hacían.
La
Programación Neurolinguistica, la P.N.L., trabaja con la
relación que hay entre las palabras que utilizamos al hablar y la
repercusión que tienen a nivel físico y emocional.
Cuando
utilizamos “mal “ y “bien”, nos estamos limitando a dos
opciones y hay todo un mundo de calificaciones que nos facilita la
vida. Apenas tenemos adjetivos para el bienestar y un montón
para el malestar.
En
terapia a veces surge una palabra que parece que define a la persona,
pero me pregunto: ¿tiene el mismo significado para todos los que
estamos aquí? ¿de qué estamos hablando exactamente?
En
caso de duda recurro al diccionario.
Me
he encontrado significados que me han sorprendido agradablemente,
como “amable” o “honrado” .
Amable
significa “ser digno de ser amado”. Me di cuenta de que no
significa ser complaciente y decir siempre al otro lo que quiere oír.
Es
posible decir” no, gracias” amablemente y merecer seguir siendo
amado. No es necesario estar enfadado para decir no. Ser amable es
respetar al otro, tenerle en cuenta y darse uno derecho a ser querido
por los demás.
Y
la otra palabra que llamó mi atención fue “honrado”.
Ser
honrado significa “ser coherente”. Hacer lo que se dice, por
ejemplo. No puede haber engaño ni autoengaño. Ser honrado permite
sentirse centrado y en paz con uno mismo, sin conflicto interno.
Sentirnos
malos o buenos tiene mucha relación con lo que nuestros padres y
otras generaciones anteriores han dado por bueno o malo.
Es
necesario cuestionarse lo que uno se dice, el dialogo interno.
El
otro día trabajando con una persona que se rechazaba porque se
consideraba vaga, exploramos que significaba eso para ella, que
función tenia esa actitud de “ser vaga”.
Toda
conducta tiene una intención positiva detrás, pero en este caso
encontramos todo un tesoro:
Soy
vago--> no me
esfuerzo-->comodidad-->seguridad-->confianza-->paz-->
felicidad
Cuando
esta persona se permite ser vaga ¡tiene acceso a todo eso además
del descanso! Y teniéndolo accesible se trata de buscar también
otros caminos para obtenerlo.
Las
palabras nos dan acceso a diferentes significados y estados. Por
ejemplo siento de forma diferente cuando me digo: “he conseguido”
o “he aprendido”. O cuando digo “bien” o digo: cómodo,
relajado, suelto,
hasta
parece que la respiración se alarga.
Hay
todo un mundo de palabras además del bien y el mal, que nos definen
con mucha más precisión, nos dan mejor información de cómo somos
y estamos. Nos permiten conocernos y conectar más con la verdad, con
lo real, y vivir con mayor bienestar.
Marta
Vidal Ginestal, psicóloga, Valencia
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