El Blog de Psicología Alternativa

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miércoles, 18 de marzo de 2015

SER PROTAGONISTA DE MI VIDA

Llevo unos días tratando de escribir un articulo sobre como poner en positivo nuestros pensamientos para vivir con mas calidad, pero creo antes hace falta explicar la importancia de asumir el protagonismo de nuestra vida.

La primera vez que me hablaron de asumir el protagonismo de mi vida, me sorprendió. Quéeee? ¿Como en una película? Pues si, en cierta manera.

¿Cuantas veces dejamos que los demás organicen nuestra vida y decidan por nosotros?
¿Cuantas veces nos resignamos con lo que “nos ha tocado” vivir?

Creo que cada uno tenemos en esta vida un destino, karma, o como se le quiera llamar, a esa parte de la vida que no podemos cambiar, que nos viene dado, como la familia y la cultura en la que nacemos. Pero también es verdad que muchas veces mantenemos inamovibles muchas cosas que podríamos mejorar.
Dicen que a los cinco años escribimos el guion de nuestra vida a través de alguna experiencia profunda, si es así, ¿por qué no reescribirlo ahora como adultos?

Cuando somos niños son nuestros padres los que, principalmente, nos organizan y dirigen nuestra vida. A medida que crecemos vamos asumiendo nuestra autonomía, y al llegar a la adolescencia, nos encontramos con la rebeldía que dice: “Yo soy yo porque no soy mis padres, porque yo hago las cosas de otra manera”. Nos reconocemos en el rechazo de lo que nos ofrecen, pero necesitamos que nos lo ofrezcan.

Crecemos y seguimos buscando muy a menudo que nos sigan organizando los demás. Es como vivir todavía a través de ellos...que les parece a los demás lo que hago?...que harían ellos en esta situación?....que opinan?. Y me estoy besando con mi novi@ y estoy haciéndome una selfie para colgar en el facebook y recibir comentarios, en lugar de vivir plenamente ese beso.

Ser protagonista de mi vida es vivirla plenamente, con miedos y valentía, con alegrías y penas, en soledad y compañía, viviendo situaciones que me vienen hechas, que no elijo yo y creando a mi vez otras nuevas.
Cuando somos adultos ser protagonista es elegir, no por rechazo de las opciones que me den, sino porque algo me atrae. Es ir en busca de lo que necesito, me atrae, me gusta y me apasiona.
Cuando somos adultos elegimos incluso cuando no elegimos, porque estamos eligiendo que elija el otro. Pero la responsabilidad (la capacidad de respuesta) sobre nuestra vida es nuestra.



Ser protagonista de nuestra vida significa implicarnos en ella, ser creativo, crear nuestra vida modificando, flexibilizando aquellas estructuras rígidas, ampliando nuestra identidad, aumentando nuestro bienestar, eligiendo como queremos vivirla.

El miedo nos suele detener casi siempre, miedo a lo desconocido y apego al “Mas vale malo conocido que bueno por conocer”, o la “indefensión aprendida” obtenida por experiencias que ya no vivimos (en you tube hay un vídeo muy bueno que lo explica), o el miedo al sufrimiento que nos crea sufrimiento mas que evitarlo.

Para convertirnos en protagonistas necesitamos afrontar nuestros miedos, no enfrentarnos a ellos oponiendonos, ni luchando contra ellos. No, no se trata de montar batallitas contra nuestras emociones sino de reconocerlas, sentirlas, recoger el mensaje que nos dan y dejarlas pasar. El miedo en particular nos indica que percibimos una situación de peligro y que sentimos que tenemos pocos recursos. Por ejemplo, si nos encontramos un león , que es un peligro real, el grado de miedo dependerá de si esta en una jaula el o yo (como cuando uno visita tiburones).

Lo primero que necesito hacer es reconocer mi miedo. ¿Cuál es el peligro? Definir bien este punto es importante, muchas veces lo que nos da miedo es el significado que le atribuimos, y de ello podrían hablar las cucarachas.
Esto nos puede ayudar también a descubrir otros miedos enlazados, a equivocarme, a provocar una discusión,a tomar decisiones, al que dirán,...muchas veces van en grupo.

¿Que es lo peor que nos puede pasar? Esta es la siguiente pregunta y nos ayuda a reconocer el miedo ultimo, y qué es lo que está en peligro, ¿es nuestra reputación? ¿es el cariño de alguna persona?... quizás lo que era peligroso para nosotros cuando eramos pequeños, ya ha dejado de serlo, lo podemos afrontar.

El tercer paso después de reconocer el miedo y delimitar el riesgo, es reconocer los recursos de los que disponemos para esa situación. La valentía suele ser el mas adecuado para manejarse con los miedos. Nos permite avanzar con las precauciones que sean necesarias, con conciencia de que hay riesgos, y a la vez reconociendo nuestro poder para afrontarlo.

Cuando evito asumir el protagonismo de mi vida, me quedo y veo como la vida pasa por delante mio, sin subirme a ella, sin vivir lo que me corresponde vivir, esperando, como Penélope de Serrat a que llegue alguien que me de permiso para seguir viviendo, que me guie y decida por mi, porque quizás yo me he quedado enganchado a la adolescencia, y sigo diciendo unicamente “esto no lo quiero” sin tomar conciencia de lo que quiero y tratar de llevarlo a cabo.

Bastante gente que viene a terapia busca que le diga que ha de hacer. Esto así de entrada parece muy cómodo y quita responsabilidades, miedo a equivocarme, pero cómo va a decidir el terapeuta mejor que tu cuando eres tú el que vives tu vida, el que esta ahí para percibir lo que hay en cada circunstancia y cuando eres tú el que mejor sabe lo que sientes y lo que necesitas. El terapeuta se va a equivocar más que tú si pretende hacerlo. Tú, si te equivocas podrás corregirlo.

No ser protagonista nos lleva a menudo a sentirnos victimas de las circunstancias y a sentir más impotencia, porque cuando uno crea y actúa aprende a reconocer los límites, a reconocer mejor lo que puede y no puede hacer y cómo hacerlo.
Aprende a aceptar la frustración o, lo que es lo mismo, la imposibilidad de seguir por ese camino sin bloquearse , y percibir si hay otras alternativas. Aumenta la autoestima y la satisfacción.
Cuando uno se implica descubre que cuando llora no se siente mal, esta desahogando el sentimiento de pérdida que tiene y es mucho mejor que aguantárselo; descubre que enfadarse en el momento que corresponde, permite poner los limites necesarios y poder llegar a un acuerdo con el otro; descubre que el miedo es un colaborador para ayudar a moverse con mas seguridad y precaución ante los riesgos; descubre que vivimos con mucha mas alegría y pasión la vida y con mas facilidad los malos momentos.



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