El Blog de Psicología Alternativa

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miércoles, 4 de septiembre de 2019

PERSPECTIVAS CATASTRÓFICAS


Lo que tenían que ser dos agradables días frescos, para el mes de agosto, se convirtieron en una catástrofe.
Tenía un nombre, DANA, y aunque no era un simple nombre, lo parecía. Iba a cubrir todo el país dejando terribles tormentas e inundaciones. Salían en la televisión mapas del tiempo en colores: Alerta amarilla, naranja y roja, que cubrían todo el país. Colores que estimulaban las emociones, alimentando sobre todo el miedo que transmitían las palabras.

La madre, enferma de fibromialgia, era la más sensible al miedo, la más emocional y la que sentía más impotencia para afrontar el mundo. Se tuvo que meter en la cama.
El padre empezó a sentir molestias.
El hijo notó que su estómago se le agarrotaba, se le hacía un nudo y la acidez le subía hasta la garganta.
En ese hogar, como en tantos otros, no se hablaba de emociones, pero las sentían y las transmitían, provocando un eco que agrandaba el efecto de las noticias de la catástrofe que se avecinaba.

Llegó la fecha prevista y pasó. El resultado de la “catástrofe” anunciada fue:
-algún pueblo con riada, porque se está edificando en rieras por donde suele pasar agua cuando llueve.
-gran parte del país disfrutando de una temperatura agradable, que recordaba que se acaba el mes de agosto.
-una familia, por lo menos, diagnosticada de gastritis, recetada, y con un gran malestar que no se ha marchado una semana después. No nos enseñan en el colegio a manejar las emociones.

LA REALIDAD ES MUCHO MÁS BENEVOLENTE QUE LAS PERSPECTIVAS CATASTRÓFICAS QUE NOS IMAGINAMOS

A veces parece que la imaginación es más real que la realidad y preferimos quedarnos en ella. Estamos equivocándonos.
La realidad es mucho más benevolente que las perspectivas catastróficas que nos montamos habitualmente sin motivo.
Seguro que la vida nos va a traer algo que no nos guste pero, mientras tanto, ¡disfrutemos la realidad!

sábado, 27 de abril de 2019

DEJAR DE HACER


Sin ganas de hacer nada, con ganas de perder el tiempo.
Dejar de hacer, ganar tiempo para mí.

Estoy con un nudo en la garganta y ganas de salir, de ser libre.
Estoy enfadada con el mundo, con la vida que me obliga.

Tengo ganas de ser yo, de estar bien y no sólo por un momento.
Estar bien por un buen rato.

Callar el exterior y escuchar mi voz, mis ganas de chillar o de callar, de hablar y sacar sonidos, mi alegría.
Soy yo la que respira, la que se sienta y se levanta, la que gana fuerzas, la que no se obliga, la que se escucha.

Harta de imágenes, de pantallas, de estereotipos.
Ser la que soy en cada momento y lugar.

Muevo la cabeza, libero mi cuello, mi garganta. Toso y aclaro mi voz.
¿Qué lugar hay mejor que estar en mí, y poder elegir lo que hago y dejo de hacer?

Marta Vidal psicóloga, Valencia

lunes, 18 de marzo de 2019

INTENTAR NO ES HACER


Venía un chico a terapia en época de exámenes. Me dice un día con desespero que lleva un montón de tiempo tratando de sacarse un título, pero que no lo consigue. “¿Estás estudiando?” le pregunté, porque parecía que ningún día era bueno para empezar a hacerlo. “¡No lo he hecho! Se dió cuenta en ese momento. Es un hecho real.

Intenta coger el teléfono, posiblemente está a tu lado...
Seguro que lo has cogido, pero no se trata de cogerlo, sólo de intentarlo.
Vuelve a intentarlo. ¿Lo has vuelto a coger o te has quedado casi tocándolo?

Intentar no es hacer algo. Pones ideas, ganas y energía física pero...
¿Lo consigues? ¡Estupendo! Ha valido la pena el esfuerzo.
¿No has podido? Inténtalo otra vez, pero no muchas más. Desgasta.

Si haces más de lo mismo obtendrás más de lo mismo.”P.N.L.

Si no consigues algo que deseas de una forma, puedes, quizás, hacerlo de otra manera o, sino, modificar tu objetivo.

Con la mente es muy fácil hacer cosas, es más descansado que llevarlo a la realidad. Con la imaginación podemos llegar a casi cualquier parte.
Pero para llevarlo a la realidad necesitamos hacer.

Prueba o no pruebes, haz o no hagas, pero no te quedes en el intento.