El Blog de Psicología Alternativa

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miércoles, 24 de enero de 2018

SUEÑOS Y PERSONAJES MAGICOS

Un día soñé que patinaba con el coche y chocaba contra otro. Me levanté, llevé mis hijos al colegio y, al volver, llovía, frené en una curva, patiné y me dí contra otro coche que venía de frente.

Todos soñamos, aunque no recordemos luego los sueños, pero...¿pueden ser predictivos?
Es posible. Durante la fase de sueños reorganizamos las vivencias y las percepciones que hemos tenido durante el día, las conscientes e inconscientes, es imprescindible para la vida.
Recordé que el día anterior había pensado, mientras conducía, que parecía que llevaba los neumáticos un poco bajos, pero no le hice más caso. Fue suficiente la primera lluvia, el barro de la carretera, y frenar en la curva, para que se fuese el coche aunque iba despacio.

¿Cómo podemos aprovechar la información que nos da un sueño para nuestro bienestar?
En terapia gestalt trabajamos, cuando surge así, con los sueños.
Cada persona y cada elemento del sueño representan una actitud, sensación, una parte de nosotros y de nuestra vida: El coche, el barro, la lluvia, el choque, nosotros, el otro. La persona con nuestro aspecto es la característica con la que más nos identificamos.
El terapeuta no busca un significado al sueño, es la propia persona que ha soñado la que se va identificando con cada elemento y persona que sale en el sueño, y dándose cuenta hasta que punto reconoce en él mismo esa característica. Por ejemplo: “Soy un coche, de tal color o tamaño, que hago esto o lo otro, protejo, ...” detallando lo más posible.
Como te puedes imaginar, es una forma de trabajar los sueños bastante profunda, y lleva tiempo. Como resultado obtienes un conocimiento de ti mismo bastante profundo, más consciente, te conoces más, reconoces tus recursos.
Este trabajo es conveniente que sea dirigido por un profesional.

De una forma más sencilla, hay una técnica fácil de usar que nos permite cambiar la sensación desagradable con la que salimos de las pesadillas:
1. Ponle un titulo al sueño, como si fuera una película.
2. Cuéntala con el máximo detalle en primera persona y en presente: “Yo salgo de casa, está lloviendo un poco, cojo el coche...”
3. Cuando llegues donde se ha cortado, donde te has despertado, posiblemente en un momento desagradable para ti, añádele un final.
Puede ser como tú quieras, es tu sueño y puedes acabarlo conscientemente con algo que te haga sentir bien. Tiene elementos reales e irreales, así que lo puedes tratar como si fuera un cuento y, si no dispones de alguien conocido a quien poner para que te ayude, puedes poner hadas madrinas, gnomos, superhéroes, que te pueden echar una mano y te puedas relajar ante situaciones difíciles.
Por ejemplo:
- El marido de una señora, al que ha estado atendiendo durante una enfermedad, muere y ya no puede ayudarle allí donde está ahora, puede ponerle un ángel de la guarda que le atienda.
- Te estas enfrentando a un dragón que echa fuego y te impide seguir tu camino, puedes tener una varita mágica que lo hace pequeño.

-Te has perdido en un camino de noche y no hay nadie a quien preguntar, te puedes inventar un teléfono con brújula, si no tiene google maps, que te lleva hasta donde quieres ir.

miércoles, 17 de enero de 2018

LOS RIESGOS DE LA SEGURIDAD

Nos gusta sentirnos seguros y tener las ideas claras cuando empezamos una relación, un trabajo o tomamos una decisión. Es cómodo, pero aparte de eso...

Conocí a la chica más segura que he visto nunca. Con 15 años entraba en una casa por primera vez y se ponía a hacer un bocadillo o a quemar unas pechugas a la plancha; cogía el diario personal de su amiga, lo leía y escribía en él su enfado por no nombrarla; con las tijeras cortaba el pelo a otro amigo o depilaba las cejas sin saber hacerlo. Y con toda seguridad empezaba una relación de pareja de alto riesgo. Nunca le decían sus padres que hacía algo mal, le decían que lo hacía diferente.
Ya más adultas, he conocido personas que se hacen terapeutas después de un curso de fin de semana porque se sentían seguras para hacerlo.

Este tipo de seguridad es muy peligrosa para la persona y los que le rodean.
La sensación de seguridad que puede dar una idea o una imagen interna clara, que nos guste, tiene mucho de ideal, sueño, deseo. Puede ayudarnos a iniciar un objetivo siempre que estemos en contacto con la realidad.

La seguridad real nos la da un aprendizaje, unos conocimientos y una experiencia. Necesitamos desarrollar la capacidad de ajustar nuestra actividad a los resultados que obtenemos. Nos da los apoyos para hacer algo correcto y sentir seguridad en lo que hacemos.

¿Qué pasa cuando iniciamos una relación o un trabajo nuevo?
Es natural y necesario sentir inseguridad, aunque nos resulte desagradable.

La inseguridad nos conecta con la capacidad de dudar, de cambiar y graduar lo que estamos haciendo, despierta nuestros sentidos y nuestra atención.
La inseguridad cuando afrontamos una experiencia nueva nos protege y nos ayuda a aprender.




martes, 2 de enero de 2018

AQUELLOS QUE YA NO ESTÁN CON NOSOTROS

Con el cambio de año estamos con los propósitos para este año y recordando a las personas que ya no están con nosotros.
En este camino que es la vida, hay personas que nos acompañan un tiempo, papá, mamá, una pareja, unos amigos, compañeros, los ex, todos temporales. Un día llegan a nuestra vida y otro marchan o nos alejamos nosotros, cambiamos de ciudad, de país.
En esa noche oscura del alma que es el duelo, nos quedamos echándoles de menos, y con miedo a no volver a tener lo que nos daban, a olvidar lo bueno que compartimos, ya ni pensamos en lo que no nos gustaba. Y nos pegamos a un pasado que ya se fue, que nos mete en depresión o nos lleva a tener ansiedad, caemos en el neuroticismo de esta sociedad, haciendo una cosa y pensando en otra, perdiendo salud.

Si vivir en el presente es la forma natural y sana de vivir, ¿cómo puedo vivir en el presente sin salir perdiendo y sin olvidar a los que se han ido?

Los grandes maestros de la humanidad dicen que, en el presente, cuando lo vivimos plenamente, se juntan el pasado y el futuro.
Así que, si es así, tengo claro que el futuro lo voy construyendo con los pasos que voy dando en el presente en dirección a mis objetivos, pero ¿y el pasado?

¿Que hacemos con esa sensación de que nos han quitado, que se han llevado con ellos lo que nos daban, lo que trajeron a nuestra vida y que no había.
Son cualidades que generalmente no tenemos, no sentimos, y que nos complementan.
Quizás responsabilidad, o pasotismo, la dulzura y la seriedad, apoyo o integridad, saber poner límites o espontaneidad, disfrutar de lo que hay, ...generalmente son cosas que echamos de menos porque no las tenemos o no las reconocemos en nosotros.
Pero ¿y si esas personas han estado en nuestra vida para mostrarnos cómo “ser” también de otra manera? ¿Por qué no tomar de aquellas personas que se han ido lo que nos han enseñado y nos permitimos aprender y tomar como un legado lo que nos han dejado: el saber relajarnos o hacer tonterías (¡indispensable para la salud emocional!), el gusto por ordenar o leer un libro?

De esta manera, tomando y aprendiendo a ser también así, practicándolo, vivimos en el presente de una forma más integra que antes, sin la dependencia emocional que teníamos.

Y recordamos cada vez que lo practicamos a la persona que nos lo enseñó .