El Blog de Psicología Alternativa

El Blog de Psicología Alternativa

sábado, 7 de noviembre de 2015

NO NECESITO SUPERARME ll: FLUIR CON LA VIDA, ENCONTRAR EL MOMENTO Y LA FORMA ADECUADA.

Una madre harta de repetir a su hijo que ordene el cuarto, le dice un día: “Me gusta ver tu cuarto ordenado, me siento feliz, me resulta mas fácil de limpiar y me hace sentir orgullosa de ti.” Y el hijo le responde: “No sabia que era importante para ti... Como lo repites tanto...”.
Nuestras palabras y nuestras acciones se pierden habitualmente en unos guiones cotidianos que vivimos como un rumor de fondo, que aprendimos no se sabe ya cuando y a los que ajustamos nuestras vidas. Viviendo mecánicamente impedimos que nuestras acciones resalten en la vida. Y muchos de estos guiones arrancan de los 5 años.

Muchas cosas que no nos funcionan en la vida, gran parte de los problemas que nos surgen proceden de estos guiones, de esa rigidez con la que vivimos la vida. Y como una forma de tratar de arreglarlo nos damos prisa, queremos las cosas ya, tratamos de hacer más de lo mismo que ya hacemos, repetimos más las cosas, etc. Y el resultado que obtenemos es crearnos ansiedad.
¿Cuál es el camino? Una vez más, volver al presente, a lo que hay, a reconocer cómo están hoy las personas que nos acompañan, cómo estoy yo hoy, al aquí y ahora. Y encontrar el momento y la forma adecuada para la situación que vivimos.

Pensamos que podemos y tenemos que dirigir nuestras vidas y quizás hasta las de los que nos rodean, que nosotros sabemos lo que es mejor para todos y nos sentimos obligados a hacer lo que creemos conveniente. Pretendemos controlarlo todo y salimos de ahí, por lo menos, frustrados.

En la vida estamos yo, el otro o los otros y algo que es superior a nosotros. Unos lo llaman Dios, otros el Universo, yo lo llamo la Vida. En la Vida hay un orden, y unos ritmos, gran parte de ellos los podemos reconocer en nuestro cuerpo, en nuestra biología. Y en los hechos que suceden nosotros tenemos una parte de la acción, el otro o los otros también tienen su opinión o su parte de la acción y hay una tercera parte que corresponde a la Vida. Y compruebo y me maravillo continuamente de que las soluciones que plantea y que surgen de la Vida suelen ser más completas que las que nosotros, los humanos, habíamos planeado.

Pero para conectar con ellas es necesario esperar al momento adecuado y encontrar la forma adecuada.

Necesitamos reconocer lo que necesitamos o deseamos, estudiar la forma adecuada de obtenerlo, que tanto puede ser por alguna acción como por dejar de hacer algo, y entonces, saber esperar. Y actuar o no en el momento adecuado que nos daremos cuenta de que ha llegado si estamos prestando la atención necesaria.

Además de cuándo, es importante cómo hacemos las cosas. Bajar la voz en lugar gritar nos permite muchas veces facilitar la escucha.
Y a veces no se trata de no tirar piedras al río sino de hacerlo donde no haya personas a las que pueda mojar.

Cuando nos atendemos y reconocemos, cuando también lo hacemos con el otro y atendemos al presente, al aquí y ahora, estamos fluyendo con la vida y nos resultara todo mucho mas fácil, podremos vivir con el esfuerzo justo.

lunes, 2 de noviembre de 2015

NO NECESITO SUPERARME I

¿Quién nos ha engañado haciéndonos creer que necesitamos ser mas que lo que somos? A veces necesitamos ser menos. Esto es como cuando se cocina, es necesario encontrar el punto de sal a la comida para que este buena, y no va a estar mejor por echarle más! Tampoco vale si me he pasado de sal echarle azúcar para compensar, no funciona.
Encontrar el punto de sal es poner la cantidad justa de mi , de mis conductas, de mi actitud, sin pasarme y sin quedarme corta. Así que a veces me toca hacer algo que no hacia y otras veces me toca dejar de hacer o abstenerme de hacer algo, que parece mas fácil pero no lo es en absoluto. A veces es mejor callar, no intervenir y salir de escena.
Todos y cada uno tenemos un papel en esta vida, o varios, de protagonista, actor secundario y a veces de extra. Es necesario respetar el papel del otro, lo haga o no lo haga, pero nunca conviene ocupar el papel de otro, el que no nos corresponde, porque no nos funcionara bien.(Padres haciendo de hijos con sus propios hijos, hijos que hacen de padres, maridos y mujeres haciendo de padres o hijos de su pareja, …)
¿A quien le estamos usurpando sus funciones? Solo me llevara a la frustración y falta de reconocimiento por parte de los demás.
Tenia una compañera de estudios con la que era difícil trabajar y exponer en equipo. Traía un montón de hojas para hablar solo 10 minutos. Le decíamos que necesitaba ajustarlo a ese tiempo y para mejorarlo, el día siguiente traía mas. Lo intentamos varias veces, y resulto imposible. Al final acordamos el grupo con ella que cuando le pegáramos un codazo era pre-aviso para que fuera acabando y que al segundo codazo ya tenia que callar. Funcionó.

No siempre más es mejor.

viernes, 12 de junio de 2015

EL PROCESO DE DUELO I : INDESEADO, DESCONOCIDO Y NECESARIO

Sí, ya lo sé, es un tema que no deseamos nadie y por ello es desconocido. Me asombra encontrarme con tanta gente que no sabe que es algo normal tener determinadas emociones temporalmente revueltas después de una perdida importante. Y me dicen: “tengo una depresión”, e incluso hay médicos que recetan antidepresivos, cuando la enfermedad está en no sentir las emociones que corresponden a este periodo.

Cuando sufrimos una perdida como la muerte de un ser querido, una separación, la perdida de un trabajo o una discapacitación, los hijos que se independizan, el incendio y perdida de nuestras pertenencias,...hay un periodo que dura entre 6 meses y 2 años, que es el tiempo que tarda en sanar la herida emocional de la perdida. Si nos permitimos vivir el dolor, no se convertirá en sufrimiento ni se cronificará.


¿Que podemos hacer con el dolor? ¿Que podemos hacer para que sane y no se convierta en sufrimiento, para que la herida que hay abierta se cierre de una forma saludable y no se quede eternamente abierta?

Durante el periodo de duelo conectamos con nuestras emociones mas básicas, y con nuestros recuerdos mas remotos y es normal que recordemos sensaciones, voces, imágenes relacionadas con la persona que marchó.
Hay varias etapas que suelen sucederse aunque el orden pueden cambiar.

A continuación de la perdida vamos a sentir una serie de emociones básicas, mas conectadas con nuestra infancia que lo habitual. Se suceden en una serie de etapas, aunque no tiene por qué ser en este orden.

La primera suele ser la de negación, negar la realidad como una forma de lograr tiempo para ir aceptando lo que ha sucedido. Deriva de la conmoción al recibir una noticia dolorosa y difícil de asimilar. Sobre todo si ha sido una perdida repentina, sin previo aviso. Tiene esta etapa una función protectora y hemos de respetarla, aunque no alentarla.

Otra etapa es la de la rabia. El enfado con la persona que se ha ido nos permite seguir viviendo. Cuando alguien muere, también muere una parte de nosotros: nuestras expectativas, ilusiones y planes de futuro. Nos enfada que se haya ido, nos enfada perder lo que hemos estado recibiendo de el o ella. Nos enfada que se haya ido y sentimos rabia hasta de que nos hiciera felices con su alegría o bromas. El enfado nos permite separarnos lo necesario para seguir viviendo el tiempo que nos corresponde.

La culpa es otra de las etapas. Surge de la sensación de impotencia que sentimos ante la perdida Es una emoción que busca responsables de que haya sucedido esa perdida, busca donde esta o estaba el poder para haberlo evitado. Nos culpamos nosotros y culpamos a los demás. Nos reprochamos lo que hemos hecho o lo que no hemos hecho.

La tristeza es la emoción que mas fácilmente reconocemos o justificamos en un duelo, pero no la aceptamos muy fácilmente. Expresa el dolor de la separación, y si la evitamos o nos agarramos a ella, el dolor se convierte en sufrimiento, que muchas veces se hace permanente, que se puede cronificar.

La tristeza esta considerada muchas veces una emoción negativa, pero os puedo asegurar que llorar cuando sufrimos una perdida es mas sanador y aliviador que “ser fuerte”, “no llorar”, tratar de calmarse” y otras cosas que nos dicen.
Es necesario dejar salir la tristeza pero sin agarrarnos a ella aunque nos parezca la emoción mas adecuada. Lo que puede tener de negativo cualquier emoción es retenerla, bloquearla, cuando la naturaleza de las emociones es llegar y marchar. Quizás nos parece una falta de fidelidad o lealtad a la persona que se ha marchado el dejar de estar triste y volver a reir.
Es necesario ir dejando pasar la tristeza, igual que el enfado o la culpa. Con el tiempo podremos ir recordando no solo que hemos perdido alguien o algo, sino también aquellos momentos de vida y alegría que compartimos. Y aprendemos a separarnos de los seres queridos.
En el proceso de duelo conectamos con el presente, el ahora, nuestras emociones mas básicas, mas profundas, y de donde surge mucha creatividad. ¡Cuantos pintores o cantantes han compuesto algunas de sus mejores obras en momentos de perdida!. Es muy sanador emocionalmente componer, pintar, escribir, expresar lo que sentimos,a veces en soledad, a veces acompañados.
Aunque nos pueden surgir miedos, y dudas, por los cambios que llegan a nuestra vida, hemos de recordar que vivimos en sociedad, que tenemos gente, amigos y familia que nos pueden acompañar en esos momentos difíciles. Dejo para un próximo día contaros como se puede acompañar a alguien que ha sufrido una perdida.

miércoles, 18 de marzo de 2015

SER PROTAGONISTA DE MI VIDA

Llevo unos días tratando de escribir un articulo sobre como poner en positivo nuestros pensamientos para vivir con mas calidad, pero creo antes hace falta explicar la importancia de asumir el protagonismo de nuestra vida.

La primera vez que me hablaron de asumir el protagonismo de mi vida, me sorprendió. Quéeee? ¿Como en una película? Pues si, en cierta manera.

¿Cuantas veces dejamos que los demás organicen nuestra vida y decidan por nosotros?
¿Cuantas veces nos resignamos con lo que “nos ha tocado” vivir?

Creo que cada uno tenemos en esta vida un destino, karma, o como se le quiera llamar, a esa parte de la vida que no podemos cambiar, que nos viene dado, como la familia y la cultura en la que nacemos. Pero también es verdad que muchas veces mantenemos inamovibles muchas cosas que podríamos mejorar.
Dicen que a los cinco años escribimos el guion de nuestra vida a través de alguna experiencia profunda, si es así, ¿por qué no reescribirlo ahora como adultos?

Cuando somos niños son nuestros padres los que, principalmente, nos organizan y dirigen nuestra vida. A medida que crecemos vamos asumiendo nuestra autonomía, y al llegar a la adolescencia, nos encontramos con la rebeldía que dice: “Yo soy yo porque no soy mis padres, porque yo hago las cosas de otra manera”. Nos reconocemos en el rechazo de lo que nos ofrecen, pero necesitamos que nos lo ofrezcan.

Crecemos y seguimos buscando muy a menudo que nos sigan organizando los demás. Es como vivir todavía a través de ellos...que les parece a los demás lo que hago?...que harían ellos en esta situación?....que opinan?. Y me estoy besando con mi novi@ y estoy haciéndome una selfie para colgar en el facebook y recibir comentarios, en lugar de vivir plenamente ese beso.

Ser protagonista de mi vida es vivirla plenamente, con miedos y valentía, con alegrías y penas, en soledad y compañía, viviendo situaciones que me vienen hechas, que no elijo yo y creando a mi vez otras nuevas.
Cuando somos adultos ser protagonista es elegir, no por rechazo de las opciones que me den, sino porque algo me atrae. Es ir en busca de lo que necesito, me atrae, me gusta y me apasiona.
Cuando somos adultos elegimos incluso cuando no elegimos, porque estamos eligiendo que elija el otro. Pero la responsabilidad (la capacidad de respuesta) sobre nuestra vida es nuestra.



Ser protagonista de nuestra vida significa implicarnos en ella, ser creativo, crear nuestra vida modificando, flexibilizando aquellas estructuras rígidas, ampliando nuestra identidad, aumentando nuestro bienestar, eligiendo como queremos vivirla.

El miedo nos suele detener casi siempre, miedo a lo desconocido y apego al “Mas vale malo conocido que bueno por conocer”, o la “indefensión aprendida” obtenida por experiencias que ya no vivimos (en you tube hay un vídeo muy bueno que lo explica), o el miedo al sufrimiento que nos crea sufrimiento mas que evitarlo.

Para convertirnos en protagonistas necesitamos afrontar nuestros miedos, no enfrentarnos a ellos oponiendonos, ni luchando contra ellos. No, no se trata de montar batallitas contra nuestras emociones sino de reconocerlas, sentirlas, recoger el mensaje que nos dan y dejarlas pasar. El miedo en particular nos indica que percibimos una situación de peligro y que sentimos que tenemos pocos recursos. Por ejemplo, si nos encontramos un león , que es un peligro real, el grado de miedo dependerá de si esta en una jaula el o yo (como cuando uno visita tiburones).

Lo primero que necesito hacer es reconocer mi miedo. ¿Cuál es el peligro? Definir bien este punto es importante, muchas veces lo que nos da miedo es el significado que le atribuimos, y de ello podrían hablar las cucarachas.
Esto nos puede ayudar también a descubrir otros miedos enlazados, a equivocarme, a provocar una discusión,a tomar decisiones, al que dirán,...muchas veces van en grupo.

¿Que es lo peor que nos puede pasar? Esta es la siguiente pregunta y nos ayuda a reconocer el miedo ultimo, y qué es lo que está en peligro, ¿es nuestra reputación? ¿es el cariño de alguna persona?... quizás lo que era peligroso para nosotros cuando eramos pequeños, ya ha dejado de serlo, lo podemos afrontar.

El tercer paso después de reconocer el miedo y delimitar el riesgo, es reconocer los recursos de los que disponemos para esa situación. La valentía suele ser el mas adecuado para manejarse con los miedos. Nos permite avanzar con las precauciones que sean necesarias, con conciencia de que hay riesgos, y a la vez reconociendo nuestro poder para afrontarlo.

Cuando evito asumir el protagonismo de mi vida, me quedo y veo como la vida pasa por delante mio, sin subirme a ella, sin vivir lo que me corresponde vivir, esperando, como Penélope de Serrat a que llegue alguien que me de permiso para seguir viviendo, que me guie y decida por mi, porque quizás yo me he quedado enganchado a la adolescencia, y sigo diciendo unicamente “esto no lo quiero” sin tomar conciencia de lo que quiero y tratar de llevarlo a cabo.

Bastante gente que viene a terapia busca que le diga que ha de hacer. Esto así de entrada parece muy cómodo y quita responsabilidades, miedo a equivocarme, pero cómo va a decidir el terapeuta mejor que tu cuando eres tú el que vives tu vida, el que esta ahí para percibir lo que hay en cada circunstancia y cuando eres tú el que mejor sabe lo que sientes y lo que necesitas. El terapeuta se va a equivocar más que tú si pretende hacerlo. Tú, si te equivocas podrás corregirlo.

No ser protagonista nos lleva a menudo a sentirnos victimas de las circunstancias y a sentir más impotencia, porque cuando uno crea y actúa aprende a reconocer los límites, a reconocer mejor lo que puede y no puede hacer y cómo hacerlo.
Aprende a aceptar la frustración o, lo que es lo mismo, la imposibilidad de seguir por ese camino sin bloquearse , y percibir si hay otras alternativas. Aumenta la autoestima y la satisfacción.
Cuando uno se implica descubre que cuando llora no se siente mal, esta desahogando el sentimiento de pérdida que tiene y es mucho mejor que aguantárselo; descubre que enfadarse en el momento que corresponde, permite poner los limites necesarios y poder llegar a un acuerdo con el otro; descubre que el miedo es un colaborador para ayudar a moverse con mas seguridad y precaución ante los riesgos; descubre que vivimos con mucha mas alegría y pasión la vida y con mas facilidad los malos momentos.



lunes, 16 de febrero de 2015

HOMBRES BUENOS, HOMBRES MALOS


Acaban de estrenar la película. Debo de ser una de las pocas mujeres que no han leído las sombras de Grey. Y no ha sido por falta de curiosidad sino de tiempo. Pero más o menos he oído hablar de él. Parece que se trata de una relación de sumisión y dominación.
Pero ¿qué es lo que hace que no funcione una relación de este tipo? ¿Qué es lo que hace tan atractivos a los “hombres malos”?

Los hombres buenos son los que obedecen, hacen lo que se debe hacer, complacen y hacen los que los demás les piden para tenerlos contentos.
Los hombres malos son los que llevan la contraria, piensan sobretodo en su bienestar y creen que los demás están para atenderles y complacerles.
Más o menos es esto, ¿no?.

Si una se empareja con un “hombre bueno”, acaba aburrida. Es tan previsible! Podemos saber que va a hacer cada día, no discutirá lo que le decimos, tratara de hacerlo todo lo mejor posible, y sobretodo obedecer a lo que le decimos, los días serán todos igual, uno tras otro, ...vamos tranquilidad total.
Si una se empareja con un “hombre malo”, tenemos la adrenalina asegurada. Discusiones, desacuerdos, emociones a tope y pasión, pues vive sobretodo buscando el placer y el bienestar propio. Intranquilidad asegurada.

Lo mismo podría escribir de las mujeres.

Ambos tipo de relación son jerárquicas, y desiguales. Hay uno que manda y otro que obedece. Ambas relaciones son inmaduras emocionalmente, estamos repitiendo las actitudes que teníamos de niños, estamos buscando la atención de otro a través de “portarnos bien” o “portarnos mal”. Y como ya no lo somos, nunca acabaremos de sentirnos satisfechos ni a medio ni largo plazo.

Una relación adulta es una relación entre iguales, entre dos adultos, no tiene sentido ni mandar ni la obediencia ciega, la esclavitud desapareció ya hace tiempo.
Y ¿por qué no soy yo mism@ el que busca y se provee de una vida con diversión, creatividad, novedades, pasión, bienestar, tranquilidad y paz interior, en lugar de tratar que sea siempre nuestra pareja la que nos la dé?

lunes, 2 de febrero de 2015

SI PUDIERA VIVIR- MARIO BENEDETTI

Si pudiera vivir,
nuevamente mi vida.
En la próxima trataría
de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto
me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido
de hecho tomaría muy pocas cosas con serenidad.
Sería menos higiénico.
Correría más riesgos, contemplaría más amaneceres.
Subiría mas montañas, nadaría mas ríos.
Iría a más lugares donde nunca he ido.
Comería más helados y menos habas.
Tendría más problemas reales y menos imaginarios.
Yo fui de esas personas que vivió
sensata y prolíficamente
cada minuto de su vida.
Claro que tuve momentos de alegría.
Pero si pudiera volver atrás, trataría de tener solamente
buenos momentos.
Por si no lo saben, de eso esta hecha la vida.
“Solo momentos, no te pierdas el ahora.”
Yo era uno de esos que nunca iba a ninguna parte
sin un termómetro, una bolsa de agua caliente,
un paraguas y un paracaídas… Si volviera a vivir
viajaría más liviano.
Si pudiera volver a vivir comenzaría a andar
descalzo al principio de la primavera y
seguiría así hasta concluir el otoño.
Daría mas vueltas en la calesita
contemplaría mas amaneceres y
jugaría con más niños.
Si tuviera otra vez la vida por delante, pero ya ven, tengo 85 años y sé que me estoy muriendo.


Me encanta la vida sencilla, sin complicaciones.
Cuanto menos exigimos a la vida mas fácil es ser feliz.

sábado, 17 de enero de 2015

CELOS Y PROBABILIDADES

Pero que mala fama tienen los celos!
 
Cuidar y atender con celo, es “cuidado, esmero, interés que alguien pone al hacer algo”. Genial , ¿no?.
Luego tenemos los celos, que es una emoción, una energía que se siente cuando alguien trata de quitarnos algo que consideramos nuestro, y que nos impulsa a protegerlo. Pues, así de entrada, también está bien, está ligado al instinto de supervivencia. Esta comprobado que la regla que dice “todo es de todos” lleva a descuidar las cosas.
Es normal que un niño pueda sentir celos cuando nace un hermanito si no se le ha preparado antes. Plantea a tu mujer o tu marido que le vas a meter otra pareja en casa y que ha de compartir todo con ella. Así seguro que lo entendéis mejor. La emoción es la misma, y es el miedo a ciertas carencias. Y la viviríamos de otra manera en una sociedad donde es habitual compartir la mujer, el marido, y donde se tienen muchos hijos.

Los celos están ligados a la sensación de pertenencia y a la cultura, a las creencias, y para mi, el que se convierta en un problema es sobretodo una cuestión de cantidad.
 
Tener un poco de celo, de reconocimiento de que algo nos pertenece, nos va a permitir vivir con “cuidado, esmero, interés al hacer algo”, atender a nuestra pareja, nuestros hijos, mascotas, casa, trabajo,.... Porque entre otras cosas lo consideramos nuestro. Y vamos a disfrutar de estar con ellos y ahí. No lo dejaremos desatendido, olvidado, sin mirar,...¿Como va vestida hoy tu pareja? ¿Te has fijado ? Entramos en rutinas en las que nos olvidamos un poco de las personas y las cosas hasta que otra persona se interesa por ellas.

Pero un exceso de celo, nos lleva a centrar nuestra atención y muchas veces nuestra vida entera en esa persona que tememos perder, sea una pareja, hijo, u objeto. O, para no tener que estar vigilando continuamente, tratamos de esconderlo, de encerrarlo, de controlarlo. Y por supuesto no lo disfrutamos porque lo único que estamos sintiendo es miedo y rabia. ¿Que está fallando aquí? Que tenemos un exceso de miedo a perder a alguien o algo.

Y llego a la segunda parte, ¿es posible que nuestra pareja nos deje?¿podemos evitarlo? Y, porque no, ¿podemos hacer que se marche? (esto muchas veces lo hacemos sin darnos cuenta)

En la vida hay pocas certezas, como que mañana saldrá el sol (aunque esté detrás de las nubes) y poco mas. La vida es sobretodo probabilidades. Hay una serie de sucesos que son mas probables que sucedan, y otros menos.

Sabiendo que para que funcione bien una relación de pareja, para disfrutar con ella, ha de ser una relación entre iguales, los dos dan al 50% y reciben al 50%, ninguno manda sobre el otro, no podemos encerrar, ni tener agobiado al otro. Lo único que podemos hacer y que sea saludable para la relación es aumentar o disminuir las probabilidades para que se quede o se marche.

Todos los seres vivos tenemos unas necesidades básicas para la supervivencia que necesitamos cubrir: comida, bebida, protección, abrigo,...(ver Abraham Maslow y la pirámide de necesidades). Cuando somos adultos, somos autónomos para cubrirlas. Cuando estamos en pareja o tenemos una familia, las necesidades que son cubiertas por ella son: cariño, apoyo, protección, bienestar, pertenencia a un grupo, sexo, reconocimiento, y alguna más que me dejo. En la medida que estas necesidades son cubiertas por mi pareja, no voy a sentir carencias ni vacío en mi interior, voy a sentir satisfacción, disfrute, y seguridad, y cuando las sienta, la tranquilidad de que pueden ser satisfechas.

Y habremos aumentado considerablemente las probabilidades de que sigamos con esa pareja. Porque ambos estamos disfrutando de nuestra relación en el presente. Ya no se trata de lo que hemos vivido juntos en el pasado, o de lo que el otro hace por ahí, sino de lo que yo hago contigo ahora.

Y, por que no, si quieres apartar a alguien de tu lado, bueno, espera a que tenga sed, le enseñas el vaso de agua pero te lo bebes tú.