El Blog de Psicología Alternativa

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miércoles, 21 de febrero de 2018

HAY UN MOMENTO OPORTUNO

¿Hay algo que sea bueno o malo al 100%?
¿Quién no ha matado un mosquito alguna vez? Se llama defensa propia.
Las conductas son peores o mejores, menos o más efectivas, según dónde, cuándo, y cómo las realicemos.
Existe el “momento oportuno” que hace la vida más fácil con sólo buscarlo.

Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol:
un tiempo para nacer,
y un tiempo para morir;
un tiempo para plantar,
y un tiempo para cosechar;
un tiempo para matar,
y un tiempo para sanar;
un tiempo para demoler,
y un tiempo para construir;
un tiempo para llorar,
y un tiempo para reír;
un tiempo para lamentarse,
y un tiempo para bailar;
un tiempo para lanzar piedras,
y un tiempo para recogerlas;
un tiempo para abrazarse,
y un tiempo para separarse;
un tiempo para intentar,
y un tiempo para desistir;
un tiempo para guardar,
y un tiempo para tirar;
un tiempo para rasgar,
y un tiempo para coser;
un tiempo para callar,
y un tiempo para hablar;
un tiempo para amar,
y un tiempo para odiar;
un tiempo para la guerra,
y un tiempo para la paz.”


Eclesiastes

sábado, 3 de febrero de 2018

MIEDO, ANSIEDAD Y FOBIAS

Respiración acelerada y presión en la parte alta del pecho, falta de aire, sudoración, temblores, molestias digestivas o “nudo” en el estomago, taquicardia, tensión muscular, hormigueo en brazos o piernas, mareos, dificultad para atender, preocupaciones, distorsión de la realidad,...hay muchos síntomas que reflejan el miedo, ansiedad y las fobias.
Aunque hay unos síntomas comunes, cada persona las vive de forma diferente.

Cuando hice obras en casa y desmonté el tejado para subir otro piso, pensando que no llovería, como estaba previsto, llegó una gota fría que provocó que a media noche nos pusiéramos a recoger agua dentro de casa. Entraba a raudales. Tuvimos que optar por colocar plásticos grandes en el techo que desviaban el agua y volvía a salir por la ventana. Entraba más que la que podíamos sacar.
Dos meses más tarde volvió a llover. Ya estaba el tejado acabado hacia tiempo, y, a mi, que me gustaban antes las tormentas y la lluvia, me empezó a temblar todo el cuerpo hasta que dejó de llover. Sabía que no podía pasarme nada, estaba segura, pero la memoria física del estrés pasado estaba ahí.

Las fobias son miedos irracionales, exagerados ante una persona, cosa, animal o situación. Y no por saber que son irreales se van. Una experiencia anterior, estrés, trauma, o incluso, la empatía de un hijo con sus padres, puede llevar a copiarlo, y cada vez que esté frente a ello, van a volver los síntomas.
Tienen bastante que ver con el significado que tiene para la persona.
Podemos llegar a creer que gracias a estas fobias o a tener pensamientos catastróficos estaremos más seguros, y que lo que hacemos nos ayuda a prevenir un peligro.
Pues no es así. Lo que sí es cierto es que el miedo y nuestros pensamientos distorsionan la realidad. Y solemos comprobar después que no era para tanto.

La ansiedad es un miedo ante algo que va a ocurrir en el futuro y suele producirse porque va acompañada de este tipo de ideas catastróficas. Luego no ocurren simplemente porque son poco probables, pero nos hacen creer que así nos protegemos y vamos “coleccionando” fobias. Es una falsa creencia de seguridad
Vivimos en un mundo de probabilidades, no de certezas. Y lo que sí podemos hacer es actuar frente a algún riesgo para prevenir consecuencias no deseadas. Por ejemplo:
Miedo a enfermar si me voy de viaje. Recurso: informate de los medios que hay donde vas y haz un pequeño botiquín.
Miedo al ataque de una araña. Recurso: Recoge información de cómo es, qué come, cómo vive, etc.
Conoce aquello que temes. Un 80 % de las fobias se corrigen sólo con la información, con el conocimiento de aquello que tememos.

Pensamos muchas veces que conocer el origen ayuda a resolver el problema, pero no es un elemento imprescindible en absoluto. A veces, al contrario, puede darnos unas “ganancias secundarias”como pueda ser la atención de alguien, compañía, que dificulte la eliminación de la fobia.

De todos modos plantéate qué fobias quieres eliminar, no es necesario quitarlas todas, algunas pueden seguir ahí. Por ejemplo la fobia a las montañas rusas. Puedes optar por no subir y ya está. Tu vida no va a cambiar mucho por ello.

La necesidad de la persona de eliminar la fobia es muy importante para que sean efectivas las técnicas. Si tienes miedo a conducir, pero eliges vivir en el campo, conducirás y resolverás rápido la fobia. Si quieres volver a conducir pero no tienes previsto ni necesitas hacerlo, es poco probable que te apetezca ni siquiera intentarlo.

¿Qué podemos hacer con el miedo, la ansiedad y las fobias cuando decidimos quitarlas?

El miedo es la emoción que nos protege, es una emoción básica indispensable para la supervivencia. Nos dá información del peligro de una situación y los recursos de que disponemos. Sólo necesitamos atenderle y actuar según conviene, acercándonos, alejándonos o quedándonos quietos. Aprender a graduar nuestra acción en función de los recursos.

La ansiedad es miedo orientado al futuro, a algo que va a suceder, deseado o no. Para controlarla, para manejar la ansiedad, hay varias técnicas, entre ellas:
-Aprender a respirar profundamente. Cada emoción tiene un tipo de respiración asociado, y si aprendemos a relajarla nos podemos manejar con más facilidad con las emociones.
-Atender a lo que percibo en este momento y que me rodea: que veo, oigo, siento, lo más concretamente posible. De esta forma nos centramos en el ahora, en lo real, salimos de los pensamientos catastróficos futuros. Así nos serenamos con bastante facilidad.
-Aprender a reconocer nuestros recursos frente a las diferentes situaciones.
-Aprender a manejarnos con los pensamientos que nos llegan y dejarlos pasar.

En cualquier caso, el trabajo con los miedos requiere afrontarlos más que enfrentarse a ellos. Si huimos les damos fuerza, les damos razones para existir.
Cuando miramos y recogemos información de lo que tememos, de forma gradual, vamos disolviendo esos temores.
La exposición progresiva a las fobias permite solucionar esas reacciones físicas características que surgen a partir de una experiencia, sin pensamientos que las provoquen.
Consiste en ir exponiéndose y acercándose progresivamente a lo temido, poco a poco, a medida que vamos soltando los síntomas.


Yo pude resolver la fobia con esta técnica. Me mantenía mirando la lluvia, no hizo falta ni mojarme, centrada en mi respiración hasta que los síntomas se aliviaban. No intentaba que se me pasara en una sola vez. En cuatro días de lluvia volví a disfrutar de ella otra vez. 

jueves, 1 de febrero de 2018

VOLVER A ENCONTRARSE, SEPARARSE NO ES LA ÚNICA SOLUCIÓN

Las parejas vienen a terapia en crisis. Puede que haya habido alguna infidelidad o que la queja que traigan sean los “celos”. Está entre comillas porque a veces están justificados.
Los celos es una emoción que nos informa de que estamos perdiendo algo que nos pertenece y la rabia que sentimos es energía para defenderlo: puede ser la posición como pareja, el cariño, la posibilidad de mantenerte, de criar a los hijos,...

Cuidar las cosas con celo significa con interés, con atención. Y es positivo tener el mínimo que nos recuerde que tenemos una pareja y poder preguntarle “¿cómo estas?”, “¿cómo te ha ido el día?”, ya que muchas veces metidos en la rutina diaria se nos puede olvidar.
Si en algún momento los celos quitan la libertad, empiezan a ser excesivos. Tanto porque tú quieras retener como porque el otro quiera marcharse, ¿quieres tener al lado a alguien que no quiere estar contigo?Conviene soltar.

La mejor terapia de pareja, la que funciona, es la que no juzga, la que no se posiciona a favor de uno de ellos, la que mantiene la neutralidad suficiente para ver dos personas con valores diferentes, posiciones quizás equivocadas en el sistema familiar, conductas que no funcionan, quizás, y que se dirige hacia el máximo bienestar para todos, sin tomar partido.

Hay una característica que no suele fallar para predecir si habrá reconciliación, la complicidad: una mirada entre de reojo cuando pregunto algo, ese sentir que “están juntos en esto” sea bueno o malo, ser compañeros, iguales, ninguno está por encima del otro ni se considera mejor.

Cuando hay una jerarquía en la relación de pareja y uno o ambos hace de padre, madre, hijo, es necesario reposicionarse y encontrarse como iguales.
Cuando uno da mas que el otro, es necesario equilibrar. El exceso de disponibilidad mata el deseo.
Cuando hay dependencia emocional, es necesario recuperar el protagonismo de la propia vida, reconocerse uno mismo.
Cuando una relación no tiene proyecto de futuro en común, si quiere continuar, necesita crearlo.

Una terapia de pareja no tiene por objetivo unir otra vez a las personas, a veces el camino más sano es separarse. Algunas parejas vienen solo a confirmar de alguna manera que su relación no tiene arreglo. Pero no puedo negar que me satisface ver una pareja que vuelve a encontrase y continúa su relación desde un punto de partida nuevo, más adulto.

Cuando una relación de pareja continua lo hace siempre desde un lugar diferente y mejor que el anterior . Aunque alguno dice que quiere volver a estar como estaba antes, realmente no es así. Ya sabe a donde le llevaría otra vez.
Hacer borrón y cuenta nueva tampoco es posible, pues la experiencia ayuda a crecer como persona.

Para continuar una relación de pareja es necesaria una toma de conciencia, conocerse mejor, desearlo los dos, reconocer al otro como ser humano con sus errores y sus aciertos, y amarle, quizás por primera vez.


Marta Vidal, psicologa Valencia