Las
parejas vienen a terapia en crisis. Puede que haya habido alguna
infidelidad o que la queja que traigan sean los “celos”. Está
entre comillas porque a veces están justificados.
Los
celos es una emoción que nos informa de que estamos perdiendo algo
que nos pertenece y la rabia que sentimos es energía para
defenderlo: puede ser la posición como pareja, el cariño, la
posibilidad de mantenerte, de criar a los hijos,...
Cuidar
las cosas con celo significa con interés, con atención. Y es
positivo tener el mínimo que nos recuerde que tenemos una pareja y
poder preguntarle “¿cómo estas?”, “¿cómo te ha ido el
día?”, ya que muchas veces metidos en la rutina diaria se nos
puede olvidar.
Si
en algún momento los celos quitan la libertad, empiezan a ser
excesivos. Tanto porque tú quieras retener como porque el otro
quiera marcharse, ¿quieres tener al lado a alguien que no quiere
estar contigo?Conviene soltar.
La
mejor terapia de pareja, la que funciona, es la que no juzga, la que
no se posiciona a favor de uno de ellos, la que mantiene la
neutralidad suficiente para ver dos personas con valores diferentes,
posiciones quizás equivocadas en el sistema familiar, conductas que
no funcionan, quizás, y que se dirige hacia el máximo bienestar
para todos, sin tomar partido.
Hay
una característica que no suele fallar
para predecir si habrá reconciliación,
la complicidad: una mirada entre de reojo cuando pregunto algo,
ese sentir que “están juntos en esto” sea bueno o malo, ser
compañeros, iguales, ninguno está por encima del otro ni se
considera mejor.
Cuando
hay una jerarquía en la relación de pareja y uno o ambos hace de
padre, madre, hijo, es necesario reposicionarse y encontrarse como
iguales.
Cuando
uno da mas que el otro, es necesario equilibrar. El exceso de
disponibilidad mata el deseo.
Cuando
hay dependencia emocional, es necesario recuperar el protagonismo de
la propia vida, reconocerse uno mismo.
Cuando
una relación no tiene proyecto de futuro en común, si quiere
continuar, necesita crearlo.
Una
terapia de pareja no tiene por objetivo unir otra vez a las personas,
a veces el camino más sano es separarse. Algunas parejas vienen solo
a confirmar de alguna manera que su relación no tiene arreglo. Pero
no puedo negar que me satisface ver una pareja que vuelve a
encontrase y continúa su relación desde un punto de partida nuevo,
más adulto.
Cuando
una relación de pareja continua lo hace siempre
desde un lugar diferente y mejor que el anterior
. Aunque alguno dice que quiere volver a estar como estaba antes,
realmente no es así. Ya sabe a donde le llevaría otra vez.
Hacer
borrón y cuenta nueva tampoco es posible, pues la experiencia ayuda
a crecer como persona.
Para
continuar una relación de pareja es necesaria una toma de
conciencia, conocerse mejor, desearlo los dos, reconocer al otro como
ser humano con sus errores y sus aciertos, y amarle, quizás por
primera vez.
Marta
Vidal, psicologa Valencia
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